Historia
del Bonsai
Inicialmente, y en sus
orígenes, el bonsái debió ser un árbol encontrado en un bosque o roquedal y
transplantado a una maceta; pero quién fuese el iniciador de esta actividad,
seria difícil decirlo; posiblemente nunca lleguemos a saberlo, pero sin duda
debió ser un fiel observador de la Naturaleza gratamente sorprendido por el
hallazgo.
Aunque en la actualidad, el arte del bonsái suele
asociarse con el Japón, hay que recordar que su origen está en China. Hará
ahora unos 2000 años que se inició esta cultura y, el principio general de
cultivar árboles en recipientes, puede haber sido llevado allí mucho antes
desde la India.
Diversos estudios coinciden y admiten que
procede de China, donde se denominaba PEN-JIN, cuyo vocablo engloba los conceptos
de planta en miniatura cultivada en maceta, situándose su máximo apogeo,
durante el periodo Sung (finales del siglo X al siglo XIII), tiempo en que una
secta ZEN los introdujo en Japón. El carácter japonés puso en práctica
modificaciones hortícolas propias de su cultura lo que acabó transformando el
PEN-JIN en BON-SAI. (BON-bandeja, SAI- planta)
Una supuesta referencia al bonsái aparece en un
documento del s. VI, y en rollos pintados del s. XIII destacan unos árboles que
crecen en recipientes y que, ciertamente se corresponden con el arte del bonsái
tal y como lo conocemos hoy en día. Mas tarde, en el arte y la literatura china
y japonesa, se encuentran muchas referencias sobre el tema. En Japón se alude
por primera vez al bonsái durante el periodo Kamakura (1192- 1333), se trata de una pintura de un bonsái
que ilustra la vida en el periodo Heian (794-1191), lo que explica que en esa
época era ya conocido.
Durante siglos, el bonsái ha sido una parte
importante de la cultura japonesa y es esta larga práctica de la que han
derivado los preceptos artísticos y los métodos hortícolas utilizados
actualmente en todo el mundo.
La introducción del bonsái
en los países occidentales es muy reciente. Solo dentro del s. XX ha llegado a
adquirir el bonsái un verdadero interés en Europa, América y Australia, y esto
ha ocurrido muy lentamente, aunque el entusiasmo por el bonsái va en aumento.
Se cree, en general, que el interés en el bonsái en occidente data de una
exposición pública que tuvo lugar en Londres, en 1909.
La tradición occidental del bonsái toma sus bases
del arte japonés, como lo prueba el vocabulario del bonsái, clasificación de
los estilos para el modelado de los árboles y, en términos puramente prácticos,
el origen de las herramientas especializadas y los recipientes usados la
mayoría de los cuales se exportan de Japón.
Los bonsáis no son árboles especiales, se trata de
las mismas especies que contemplamos en la naturaleza, que si se dejan crecer
sin aplicarles las técnicas de cultivo de bonsái, crecerán hasta alcanzar sus
límites genéticos. En principio cualquier especie es susceptible de cultivar
como bonsái, aunque se prefieren aquellas que presenten hojas y frutos de
reducido tamaño. Es una forma de arte muy cercana a la cultura mediterránea,
tan habituada a la jardinería en macetas, lo que ha facilitado enormemente su
difusión.
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